La ruina no es bella, no es romántica, no es evocadora. La ruina es el fracaso de todos los responsables, es el final de todos los esfuerzos, de todas las inversiones.
En el pueblo de Alcorlo, situado al fondo de un bonito pantano, todos los años se reúnen los nacidos y familiares de los habitantes a recordar lo que fue su pueblo, antes de que lo cubriera este pantano. Hay vida, hay actividad y hay gente, pero sólo dos días al año.
Los pueblos de las sierras al norte de Madrid, Segovia o Guadalajara suman casi una provincia entera en extensión, pero en algunas zonas están tan despoblados como un desierto, como los campos de Soria o Teruel.
Su actividad se reduce, en su mayor parte, a los tres meses del verano, a las vacaciones. La invasión de veraneantes, los niños, las risas, el retorno de los que se fueron y traen consigo a las nuevas generaciones. Pero sólo por unos días.
Las sierras, así en plural, necesitan actividad, necesitan cooperativas, empresas, comercios, autónomos y profesionales, que puedan vivir de la actividad de la zona y aportar un valor añadido a sus habitantes.
Muchos ayuntamientos con sus limitadas posibilidades, los grupos de Acción local como el GALSINMA o el del Jarama, a punto de desaparecer por la finalización de las ayudas este año, han fomentado la actividad y la implantación de empresas y negocios hasta donde han podido, con los escasos medios de los fondos europeos. Otros ayuntamientos, como Becerril, han buscado el desarrollo por la vía del pelotazo.
Como decimos al final queda la ruina, el fracaso, pero mucho antes hay que pedir responsabilidades. Esta es mi petición para el año 2016, responsabilidades y acción.
Responsabilidades por el Translozoya, para dotar de fondos lo antes posible al GALSINMA, por Becerril, para terminar el Castillo de Buitrago, por la deuda de los ayuntamientos, por las obras inservibles e inútiles.
Como acción, no reclamo cortar la A-1 cada fin de semana, o dar de baja la línea de teléfono fija para protestar contra las velocidades de vértigo del ADSL de la sierra.
Lo que pediría es la unión de Alcaldes, Pedanías, y municipios, para protestar y exigir iniciativas y actividad, con firmeza pero siempre legalmente, nada de pedir la independencia, como hacen otros, algo que no tendría sentido.
Hay que protestar y exigir el fomento de la Actividad, con mayúsculas, en estos pueblos, todos, de la sierra. Hay que pedir más iniciativas, más proyectos, más carteles en las carreteras, más servicios.
En la sierra disponemos de muchos recursos: agricultura, ganadería, huertas, miel, setas, minas, canteras, trenes turísticos, vías ciclables, senderos, deportes de vela y acuáticos, aventura, vuelos sin o con motor, explotación de los recursos forestales, biomasa, disponemos de casi todo el agua que bebe Madrid capital.
Según varios estudios, España será el país europeo en el que más se reducirá la precipitación si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) predice que eso supondrá una reducción de lluvias de entre el 20% y el 25% a final de siglo, adicional al 20% que ya llevamos en el pasado siglo XX. Y nosotros seguimos con nuestra sierra pelada, ya que hace varios años que no se realizan repoblaciones.
La sierra norte dispone de un patrimonio y unos recursos espectaculares que pertenecen a sus habitantes, que deben poder valerse de los mismos, de los que tienen que poder exigir beneficiarse.
Que nadie los disfrute o se los lleve sin pagar por ellos, sin que esa riqueza repercuta en los pueblos, sin que se realice una explotación sostenible de los recursos.
De otra manera sólo nos quedará el paisaje, bonito, pero vacío de gente, sólo para disfrute del fin de semana, sólo nos quedará la ruina.
Santiago Durán García
Arquitecto Técnico (UPM)
MDI Máster En Dirección Inmobiliaria (UPM)
EEM Gestor Energético Europeo (UPM European Energy Manager)
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